Baneli y Mario
Mario era un niño de 11 años que vivía en un pueblo marinero del norte de España.
Sus abuelos habían sido pescadores y también lo eran su padre y sus tíos.
Mario soñaba con ser mayor para poder subir al barco y pasar temporadas pescando en alta mar, aunque para eso quedaba mucho tiempo porque aún era un niño.
Pero si había algo que Mario no tenía era paciencia.
Así que un día, sin permiso de su padre, se metió en el barquito de vela que tenía su familia amarrado en el puerto y salió solo a navegar.
Aquel día estaba previsto que entrara un temporal, pero Mario no lo sabía.
Comenzó a adentrarse en el mar y poco a poco se fue alejando de la orilla. Cuando ya no podía ver tierra miró al horizonte y se sintió libre y muy feliz. Continuó mar adentro.
El viento comenzó a soplar. Cada vez con más fuerza. Mario empezó a tener miedo.
Su barco se movía con violencia y las olas eran tan altas que golpeaban a Mario. Una de esas fuertes olas tiraron a Mario al mar.
Mario no podía mantenerse a flote. Estaba cansado de nadar contra las olas.
De pronto abrió los ojos. ¿Dónde estaba? Lo último que recordaba era el temporal golpeando su barco.
- ¿Dónde estoy? - dijo Mario en voz alta.
Una voz profunda le contestó:
- Soy Baneli, una ballena azul. Estás dentro de mi boca. Si no llego a meterte aquí cuando te he encontrado en medio del mar, ahora no podrías contarlo.
- ¿Vas a comerme? - preguntó Mario muy asustado a Baneli.
- No como humanos - le respondió la ballena
Mario y Baneli pasaron horas hablando. Baneli le contó muchas cosas a Mario sobre las ballenas azules que él no sabía. Y Mario le habló a Baneli de su pueblo, su familia, sus amigos, y de sus sueños de trabajar en el mar.
Después de muchas horas, Baneli le dijo a Mario:
- Esos amigos y esa familia de las que me has hablado deben estar muy preocupados por ti. El temporal ya ha pasado. Debes volver a casa.
Baneli transportó a Mario en su boca y cuando llegó a un kilómetro de la orilla le dijo:
- Mario. No puedo acercarme más a la playa. Es peligroso para mí. ¿Puedes llegar nadando desde aquí hasta la orilla?
En ese momento el mar estaba en calma y Mario era un buen nadador.
- Sí, Baneli. Será fácil para mí. Muchas gracias por salvarme la vida. Nunca olvidaré nuestro encuentro.
- Yo tampoco. A lo mejor nos vemos más adelante, cuando seas mayor. Hasta entonces, no vuelvas a navegar solo. Eres un niño.
- De acuerdo.
Mario salió de la boca de la ballena y fue nadando hasta la playa.
Cuando llegó, estaba allí todo el pueblo. Lo habían estado buscando desde que se dieron cuenta de su desaparición.
Se alegraron muchísimo de ver que estaba bien, sobre todo, porque su barco había aparecido destrozado por culpa de la tormenta.
Pasó el tiempo y Mario creció. Se convirtió en un hombre. Y no consiguió su sueño de ser pescador, porque su sueño cambió el día que conoció a Baneli.
Aquel día decidió que sería biólogo marino, para poder ayudar a proteger a todos los animales marinos pero, sobre todo, a las ballenas azules.