Érase una vez en un colegio, un museo de animales que cuando cerraba sus puertas por la noche todos los ellos cobraban vida. En el museo habían muchos tipos animales, de distintas especies, de distintas formas...pero todas tenían algo en común, todas habían llegado muertas a las costas de Melilla, y habían sido llevados allí porque los ciudadanos querían rendir homenajes a los animales y querían crear un espacio de respeto hacia la naturaleza....delfines, tortugas bobas, cangrejos, tiburones, caracolas, estrellas de mar...
El mayor problema es que todos los animales temían al tiburón y no querían moverse mucho.
Un día por la noche, el tiburón, que era muy bueno, amable y el más joven del museo, se encontró con los cangrejos. Los cangrejos le tenían miedo porque aunque el tiburón fuese más pequeño de edad, era más grande que ellos. El tiburón les dijo que no se dejaran impresionar por sus dientes y aspecto porque él era bueno. Los cangrejos se hicieron amigos del tiburón. Después conocieron a las estrellas, que también tenían miedo y de los cangrejos, y de las conchas... y así con todos los animales.
Desde entonces, cada noche en el Colegio Enrique Soler se "arma " una buena fiesta, donde todos se respetan, se quieren y se admiran.
Todos son importantes y cada uno de ellos son vitales para hacer ese Gran Museo de animales, que llegaron por circunstancias dramáticas, pero que sirve de referencia para que esas situaciones no se repitan jamás.
RESPETA LA NATURALEZA